En esta casa no aclara
La sombra opaca, sublime.
Alguien golpea la puerta de mi corazón. No atiendo.
Nadie está lúcido a esta hora de la noche.
Abrí las ventanas, las cortinas, las alacenas
me abrí la panza
allí hubo fruto
me lo he comido
un día mi niño
perdió los pies.
Ahí detrás
yace un hombre
¿Nutrirse de los muertos a esta hora?
El que todo lo puede observa desde el techo, ¿Ves?
en esta casa
no aclara
LA PROFECÍA
Me desnudaste frente a la mesa del comedor
y aplaudiste
en el aire, por supuesto,
el asedio de la primavera
alimentaste mi cuerpo
para dárselo al mundo
me diste nombre
esplendores
una tempestad tras otra
supiste, capciosa
de la profecía
tomaste el vestido
y envuelto en mi cuerpo
mostraste
tu sonrisa de hiena
hoy que los días vuelven como balas
dentro del cuerpo de un ciervo
preparo las ofrendas
para ubicarte en la tierra
y quebrar el destino
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