viernes, 2 de octubre de 2020

2 poemas de Griselda García (Buenos Aires, 1979)

 Por qué miro a esa mujer

¿por qué miro a esa mujer?
y usted ¿por qué la mira?
¿por qué la miro? pregunta

si se viste así es porque
quiere que la miren
está provocando

¿por qué qué?
no ve qué tetas qué culo

¿por qué miro a esa mujer?

¿y esa? ¿y esa otra?
dios, qué infierno

¿no tengo derecho? 
si les gusta que las miren
después se quejan
de que las violan
yo a mi hija no la dejo salir así

ahora se acerca qué quiere
se hace la guapa la compadrita
cree que me va a apurar a mí

esta mujer ¿qué hace?

¿qué le pasa, está loca?
que se calle que deje de gritar

está loca esta mujer

ella se lo buscó



El negro del mar
Una madrugada fui a la playa
me saqué la ropa y me metí al agua
empecé a nadar y nadar.
Me debo haber adormecido
no sé cuánto tiempo pasó.
Cuando reaccioné estaba muy lejos de la orilla
me había envuelto una corriente
sentía oleadas de agua más fría, más caliente.

Nunca le conté a nadie esto, no me creerían.

Comencé a percibir manchas negras
más negras que el negro del mar
se movían lento, venían hacia mí.
Era un grupo de ballenas jorobadas
en viaje migratorio hacia el sur.
Sentí terror y supe que iba a morir.
Imaginé que una abría la boca y me succionaba
en una muerte lenta como en los cuentos infantiles.

A su paso el mar se inflaba y me elevaba
al bajar, se hacía un hueco en mi estómago.
Paralizado, sin poder decidir, empecé a llorar.
La ballena es mi mamífero preferido.
De chico soñaba que me agarraba de su cola
y paseábamos y conocíamos mundos nuevos.
Pero entre bufidos y cantos extraños
pasaron a mi lado como si yo no estuviera ahí.
Se fueron alejando y el agua quedó en calma.
Cuando pienso que estuve entre ellas
siento que nunca viví algo más terrorífico.

Así son los sueños, llegan en forma inesperada.

Nunca le conté a nadie esto, no lo creerían
pero vos sí, ¿no?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario