martes, 8 de septiembre de 2020

2 poemas de Matías Bonfiglio (Buenos Aires, el 26 de enero de 1978)

AGUACERO
En la electricidad del aire
en las hojas temerosas y el murmullo

Un relámpago amputa la noche

Sangra una lluvia violenta
con el peso de toda la penumbra herida
por ese primer rayo
donde se arrodillan 

las horas.

Llueve inútil como esta mesa 
y este vino solitario
llueve como un inconsciente
como llueve un borracho
como el llanto de un perro
y yo escucho todo
como un árbol, 
mi lapicera silba contra el papel,
resonancia del aguacero.

Llueve un cuerpo anónimo
con la boca de hielo seco
llueve frío 
llueve sal
y en millones de martillazos,
contra el piso de piedra,
un hombre de agua se me hunde en el pecho.

Oscuridad allá lejos 
oscuridad acá dentro.

La lluvia muere de sed, 
como un náufrago 
en el mar de las horas.



VIENTO SUR
Levantamos un viento sur
desde los cuatro puntos cardinales
pero siempre tan sur
y rompimos la vitrina del campeón eterno
y cada cascote era un pájaro
que estalló en un millón de luciérnagas
para iluminarnos
en la espesura del desánimo.
Pero este viento derriba nubes al suelo
levanta penas al aire
una marea de trenes descarrilados 
vuelan en la marejada
como cormoranes en celo,
la luz nos besa los ojos
y el cielo abraza tu nombre.
Ahora los ciegos llueven sombras
a la intemperie,
porque la mosca de la duda
demuele catedrales
y mientras tanto
descienden drones 
como ángeles que zumban 
y nos bendicen
solemnemente
con su oración al viento sur, 
el que inventamos
desde los cuatro puntos cardinales
pero siempre tan sur.


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