lunes, 21 de diciembre de 2020

2 poemas de Melisa Papillo (Buenos Aires, 1984)

Unos desconocidos le hablan a mi hijo en la playa.

Se agachan, le sonríen. La capelina que traen
se va a volar si siguen distraídos.
Él, lleno de arena hecho
milanesa
convencido de descubrirles
el mundo, señala el mar
y les dice seriamente:
esto es agua.
No es poco tener
claridad, sencillez,
lenguaje sin vueltas de cordón.
La pareja se ríe y camina
hacia la orilla.
Cuando logran el fondo perfecto
sacan una selfie para no perder
de vista nunca lo que les acaban de revelar.






Dejo flotar por la casa las piedras que traigo.

Una con forma de barco
que antes fue corazón del Quilpo
ahora es mi pie en su orilla
la tarde de un febrero.
Lamento, piedra, haberte sacado de tu agua en movimiento
pero necesito lo poroso y compacto como recuerdo:
ese día fui una chica
a la que le picó una abeja el pie,
río abajo con una piedra pesada en su mochila caminó
renga y feliz.

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